domingo, 12 de julio de 2009

Un sistema Inmune Sano evita que Pequeños Virus causen Grandes Problemas



Todas las personas han oído acerca del microbio más pequeño, el virus, sin embargo, pocas personas aprecian realmente lo pequeño que es y lo insidioso que puede ser. Se nos dificulta comprender lo que no podemos ver o de algún modo detectar con facilidad. Las partículas de los virus son tan pequeñas que cientos o quizás miles pueden acomodarse en el espacio que ocupa una pequeña bacteria. Las bacterias no pueden ser vistas por el ojo humano sin ayuda de un lente. Aún con un microscopio bastante sencillo con ampliación de 1000 por ciento, las bacterias se ven como pequeñas bolitas o palitos. Los virus no se pueden visualizar sin la ayuda de microscopios muy elaborados llamados microscopios electrónicos.


Muchos científicos denominan con cierta dificultad como vivos a los virus, debido a su tamaño tan
pequeño y al básico del sistema de vida que poseen. El hecho de que estén vivos o no es un punto sin importancia, ya que todos sabemos que las infecciones causadas por virus son las más desagradables y pueden alterar la vida e incluso ponerla en peligro. Al igual que lo hicieron las grandes epidemias virales del pasado, las epidemias virales de la actualidad, la gripe, el temido virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y los letales virus Ebola, desafían a la mejor ciencia médica y barren con una ola de miedo a todas las personas que se atraviesan en su camino.


El control de las infecciones causadas por virus se logra a través de un sistema inmunitario sano y atento. Hasta la fecha, existen únicamente unos pocos fármacos antivirales. La biología de los virus hace que prácticamente no tengan efecto ninguno de los antibióticos utilizados contra las infecciones bacteriales. Muchas de las enfermedades causadas por virus que han afectado a personas han sido prácticamente eliminadas del planeta como resultado de vacunas efectivas.


Las enfermedades como la viruela y la poliomielitis en la actualidad prácticamente ya no existen. Otras enfermedades virales, como los herpes humanos, el virus del cáncer y el insidioso virus de inmunodeficiencia humana, continúan eludiendo la posibilidad de vacunas efectivas. Son más complejas e inteligentes. Inteligentes en sentido de que han desarrollado medios para esconderse del sistema inmunitario. Los virus que tienen la capacidad de invadir nuestros cuerpos y de provocar que sea menos efectiva la respuesta inmunitaria son responsables de una gran cantidad de enfermedades humanas que nos afectan por un largo período de tiempo. La diferencia entre aquellos que se enferman únicamente por un período corto de tiempo y
aquellos que padecen enfermedades por meses o años puede simplemente residir en la naturaleza y efectividad de nuestro sistema inmunitario.



INMUNIDAD A LAS INFECCIONES VIRALES.


La respuesta defensiva a las infecciones virales posee dos componentes generales: no específicos y específicos. Existen mensajeros químicos, los Interferones, que son liberados por las células que fueron infectadas por el virus. Una clase de interferón ayuda a las otras células a resistir ante la infección viral.
Los linfocitos citolíticos naturales del sistema inmunitario tienen la capacidad de reconocer cuando una célula del cuerpo es infectada por un virus y la destruye. Estos dos mecanismos no específicos son importantes en la etapa temprana de infección y antes de que el cuerpo pueda montar una respuesta inmunitaria específica efectiva.

Anticuerpos:Los anticuerpos antivirales son producidos en los estadios posteriores de la infección y por lo tanto cumplen un rol pequeño en la defensa inicial. No cumplen un rol importante en la resistencia a la reinfección. Los anticuerpos neutralizantes se ligan al virus y hacen que el mismo no pueda adherirse a la célula y no pueda penetrarla, de esta manera logran protegerla.


Linfocitos T asesinos:El arma fundamental de defensa del sistema inmunitario para las infecciones virales es la estimulación de células linfoides específicas, llamadas linfocitos T asesinos o específicamente los linfocitos CD8+. Estas células buscan y destruyen a las células del cuerpo que están infectadas con el virus y de esta manera limitan en gran medida la reproducción de nuevos virus en las células. Para “limpiar” los virus del cuerpo, es fundamental un saludable ejército de linfocitos T asesinos.


Factores de transferencia: El factor de transferencia es un químico que se encuentra en el calostro de la naturaleza que tiene la capacidad exclusiva de preeducar al sistema inmunitario antes de que el cuerpo sea atacado por un virus. El factor de transferencia es susceptible a un cierto número de factores que en el recién nacido estimulan y activan a las células del sistema inmunitario. Para un cierto número de enfermedades virales, el mismo crea una gran cantidad de linfocitos T que son específicos para un virus determinado. Los linfocitos T circulan “patrullando” para encontrar y destruir aquellas células que han sido infectadas por el virus. Los factores de transferencia también trabajan para educar a los linfocitos T ayudantes a que asistan a los linfocitos B para que fabriquen anticuerpos neutralizantes. Los virus intentan retardar la respuesta inmunitaria infectando a las células inmunitarias.

Las células inmunitarias enfermas no son capaces de responder. La complementación de factores de transferencia en infecciones virales agudas puede acelerar el desarrollo de una respuesta inmunitaria eficaz, movilizando las células para que ataquen al virus antes de que el virus las ataque a ellas.


En personas con infecciones crónicas o de largo plazo, la infección viral daña el sistema inmunitario y el mismo no puede responder adecuadamente al virus y a otros virus que se desarrollen. Los factores de transferencia tienen el potencial exclusivo de educar a las restantes células linfoides sanas y permite simplemente que aquellas células que fueron dañadas por el virus puedan volver a armarse. Esto puede explicar la razón por la cual la terapia con factores de transferencia ha demostrado mejorar la salud de aquellas personas que padecen infecciones virales crónicas.
Los agentes patógenos virales siempre serán parte de la ecología humana. Han demostrado ser
altamente específicos y adaptables. La mayor esperanza para nuestra defensa es mantener saludables y vigilados al máximo a nuestros sistemas inmunitarios. Dado que estos agentes son muy pero muy pequeños y pasan inadvertidos, nuestra única defensa es nuestra capacidad de producir una eficaz inmunización y mantener una salud inmunitaria óptima.


Información ofrecida por :
R.H. BENNETT, Ph.D.
APPLIED LIFE SCIENCES
Nuestros productos 4life contienen como ingrediente principal Factores de Transferencia.

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